Mónica de la LlaveViajar es una de las
experiencias más enriquecedoras que existen, y, gracias a Erasmus, yo he podido
in a Holanda hace muy poquito. Además, también tuve tiempo de conocer Bélgica
ya que estaba muy cerca.
Cuando acababa la formación
que iba a realizar, corriendo me iba a exprimir el día y explorar la historia,
el arte y la cultura de la ciudad de Ámsterdam.
Una de las cosas más
impactantes para mí fui la visita a la que fue la Casa de Ana Frank, conocida
en su libro como la Casa de atrás, dónde ella, su familia y otra más, se estuvo
escondiendo de la persecución nazi, si algún día podéis visitarla es un lugar
que recomiendo muchísimo. También realicé un tour guiado por el Barrio Judío
donde conocí más a fondo la historia de la Segunda Guerra Mundial. En Ámsterdam
hay un monumento a las víctimas del Holocausto que vivieron en la ciudad, se
trata de un laberinto de ladrillos, y cada uno tiene grabado el nombre de la
víctima, la fecha de nacimiento y los años con los que murió, recordando así a
todos de una manera individual.
Y cómo no, os tengo que mencionar a las famosas
piedras del tropiezo o las Stolpersteine, que podemos ver en numerosas ciudades
europeas recordando dónde vivieron las víctimas que fueron deportadas a campos
de concentración nazis. En Madrid, también las podemos ver en algunos lugares,
te invito a que cuando camines las busques. Se llaman del tropiezo porque la
gente, al no verlas y tropezarse con ellas hace una flexión con la pierna
imitando una reverencia.
Todo esto me hizo pensar en la
importancia que tiene la memoria histórica. En clase, muchos de nuestros
alumnos tienen vidas marcadas por guerras, por conflictos… y debemos trabajar
valores como la tolerancia y la empatía para construir un futuro más justo.
El arte también fue clave en
mi viaje. Visité el museo Van Gogh y el Rijksmuseum. Para mí el arte es un gran
vehículo de aprendizaje, ya sabéis que hace tiempo realicé otra formación en
Florencia relacionada con la arteterapia. En la educación de adultos, la
expresión artística y la creatividad son claves para la motivación y el
desarrollo personal.
Van Gogh comenzó su carrera a
una edad ya tardía, siendo adulto, y es un claro ejemplo de que nunca es tarde
para aprender. La edad tan solo es un número y nuestros alumnos pueden
encontrar su vocación o nuevos intereses y pasiones sin importar los años que
tengan.
Por supuesto que fui al famoso
Barrio Rojo, un sitio que genera mucha polémica. Lugares como este pueden ser
de ayuda a los docentes para fomentar el pensamiento crítico y la capacidad de
reflexión en el aula. Pues se puede debatir a cerca de la sociedad, los
derechos de los trabajadores, la legislación…
Por último, fui a Bruselas,
centro de políticas europeas, que invita a reflexionar sobre la participación
ciudadana o la importancia del diálogo.
Y qué decir de Brujas, una
ciudad llena de encanto que te hace transportarte al pasado con sus calles
medievales, su arquitectura sacada de un cuento y su lago de los cisnes.
Este viaje me ha hecho pensar
que la educación y el aprendizaje no sólo se da en las aulas, sino en cada
experiencia que vivimos.
Escrito por Mónica de la Llave. Profesora de Enseñanzas Iniciales del CEPA Ramón y Cajal de Parla.