Soy David Fernández, profesor de Historia, y esta semana he vivido una de esas experiencias que te marcan como docente… y como persona.
Gracias al programa Erasmus+,
he tenido la suerte de participar en un curso en Florencia sobre el
Renacimiento. Y digo suerte porque no hay lugar mejor para conectar con este
momento clave de la Historia. Florencia no solo fue la cuna del Renacimiento,
es un lugar donde aún se respira el espíritu de aquella época. Caminar por sus
calles, entrar en sus iglesias, mirar de cerca las obras que tantas veces he
explicado en clase… ha sido, sinceramente, emocionante.
Durante estos días hemos profundizado en las principales etapas del Renacimiento y en sus grandes figuras. Recordar todo esto allí, donde ocurrió, te cambia la forma de verlo.
El curso ha consistido en
varias sesiones teóricas en las instalaciones de la Teacher Academy. El
profesor Pietro Antici ha dividido las sesiones de la siguiente manera:
Empezamos por el Trecento, con figuras
como Giotto, que fue uno de los primeros en atreverse a dar expresividad y
volumen a las figuras. Sus frescos, que tuve la oportunidad de ver en Santa
Croce, siguen siendo impactantes.
Después llegó el Quattrocento, con nombres
como Brunelleschi, Masaccio, Donatello… Fue el momento de las primeras grandes
obras con perspectiva, proporción y una vuelta al mundo clásico. Ver la cúpula
de Santa Maria del Fiore desde abajo, sabiendo todo lo que supuso su
construcción, es sencillamente sobrecogedor.
Y por
último, por supuesto, el Cinquecento, con los grandes genios: Leonardo da
Vinci, Miguel Ángel y Rafael. Cada uno con su estilo, pero todos con una visión
del ser humano que aún hoy nos interpela. No puedo describir lo que se siente
al estar frente al David de Miguel Ángel. No es solo una escultura: es una
declaración de lo que el ser humano puede llegar a ser.
En una segunda parte pasábamos al estudio
de las obras “in situ” convirtiendo el patrimonio artístico de Florencia en una
herramienta de aprendizaje más. De esta
manera hemos visitado los siguientes lugares:
-
La Basílica de la Santa Croce.
-
La Opera del Duomo de Florencia.
- Santa María Novella.
- El Museo del Bargallo.
También se han trabajado
aplicaciones para móviles para dinamizar la enseñanza de la Historia y el Arte
tipo Goosechase, donde realizamos una gymkana con pruebas en la Plaza de la
Señoría, o google arts.
Además de visitar estos
lugares y repasar todo esto desde una perspectiva didáctica, hemos trabajado
con profesoras y profesores de otros países (España, Bélgica, Polonia, Hungría
y Estados Unidos) cómo acercar la historia del arte y el pensamiento
renacentista al aula de forma viva y significativa. Me llevo ideas, recursos y,
sobre todo, la certeza de que salir del aula y vivir la Historia es una de las
formas más potentes de enseñarla.
Lo aprendido lo aplicaré directamente en nuestro proyecto
de clases itinerantes, “El CEPA sale a la calle”, para que nuestro alumnado
pueda experimentar la historia de una forma real y cercana.
No vuelvo solo con fotos ni apuntes. Vuelvo con una sensación muy profunda de conexión con lo que enseño. Y con más ganas que nunca de compartirlo en clase.
Gracias, Erasmus+, por hacerlo posible.
Y gracias, Florencia, por recordarme que la Historia no
está en los libros… está en las calles, en las piedras, en las miradas de
quienes se atrevieron a cambiarlo todo.
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